Desde hace un tiempo estoy trabajando en un poemario en lengua castellana, Azul Índigo, donde también incluyo la versión en esta lengua de alguno de mis poemas escritos en asturiano. Es el caso de éste, publicado inicialmente en Decenariu (Trabe, Oviedo/Uviéu, 2005) y después, en los dos idiomas, en Toma de tierra (Trea, Gijón/Xixón, 2010).
Jugar al ajedrez, lejos,
con la compañía de una mujer y un perro,
en una ciudad espantosa, extraña.
Rehacer las estrategias e imaginarlas
en los bárbaros combates de la tribu.
Derramar el licor sobre las frases
y embriagar de invierno la partida.
Haber aprendido por las ventanas
la estadística primordial de la humanidad.
Apurar el pensamiento.
Equivocar el jaque y morir.
Empezar otra vez. Pedir un vaso.
Acariciar una pierna, bostezar
y conversar sobre el pasado inminente.
Querer mucho, quizás sin nostalgia,
sin llegar a saberlo, a la semejanza de un recuerdo.